Sabine Müller
Markus Döhne, gráfico.


Markus Döhne, gráfico, describe un estado de las cosas unidas con la política. Desde la llegada de la prensa de madera, las artes gráficas luchan con un abismo entre los indudables méritos de la democratización de la imagen y los innegables peligros como la comercialización sin límites, la decadencia del nivel artístico y la instrumentalización propagandística con motivos políticos. La estrategia de Döhne parte precisamente de ahí. No se rebela contra la reproductividad de las imágenes sino que intenta algo que se podría llamar recuperar su aura con medios gráficos. La fotografía como material de trabajo es una de las formas más afectadas por la reproductividad.

Si partimos de la base de que no existe prácticamente la fotografía no manipulada, su tratamiento artístico sólo se podría considerar una forma distinta de manipulación. Lo que marca la diferencia es el grado de transparencia. La reproducción crea un vínculo a la memoria colectiva, pero con el tratamiento artístico se presenta la autenticidad a través de nuevas preguntas abiertas, espacios y vacíos.

La apuesta de Döhne por el doble fondo aporta siempre nuevas e inesperadas perspectivas. Strastnaya Dancer vive precisamente de la esquina que no está, la esquina hacia la que se dirige la atención del que observa la obra. Aunque estemos acostumbrados a contentarnos con partes, la convención exige que la fragmentación se nivele en la reproducción. Y no que forme parte de la muestra. ¡El trozo eliminado puede incluso ser decisivo a la hora de aclarar la respuesta! Para entender aquí realmente una escena de personas que bailan en la calle como quiere indicar el título, la escenificación parece estar poseída por la representación de una amenaza que podría escalar en cualquier momento. ¿Vemos únicamente aquello qué queremos ver?

Mirando a la forma, los trabajos de Döhne están marcados por una tendencia a la expansión de la imagen en el espacio. El Doble no sólo se utiliza para la duplicidad de la superficie, sino que también se separa a efectos ópticos de la pared, de tal forma que la tela de polyester tratada con emulsión de fotos aparenta ser una pantalla flotante delante de la pared que atrapa la luz por detrás. La entera construcción en sí forma una especie de collage y requiere de ciertas dotes de combinación para darse cuenta de que alguien se ha retratado en el espejo. Pero para descubrir que el retrato no es nada menos que el Ché Guevara, aún se necesita una investigación más intensa. ¿Cómo sino se podría identificar este autorretrato con el icono fotográfico del rebelde con barba? La foto muestra al Ché casi calvo en una postura íntima, casi embarazosa, después de su llegada ilegal a Bolivia. El oficial Guevara ha desaparecido y en vez de él aparece un hombre completamente distinto: su doble. ¿Pero a quién vio el fotógrafo?

Markus Döhne ayuda al histórico documento a volver a su sitio. Sus imágenes son historias complicadas que precisan que el observador esté dispuesto a ir hasta el fondo de las cosas. Probablemente ni siquiera Döhne será capaz de captar en su totalidad las percepciones y advertencias. Pero toda forma de lectura deriva siempre hacia el núcleo del trabajo: su complejidad. Sucesiones temporales y superposiciones espaciales transportadas a la superficie que provocan cualidades plásticas. En la exposición Druckzonen, donde Markus Döhne presentó su trabajo con ocasión de la concesión del premio de arte Ciudad de Limburg, incluso la suspensión de las obras se convirtió en una impresionante demostración de este concepto plástico. Las tablas de gasas semitransparentes de Green Screens, Refugee Series., fueron colgados libremente en el espacio, de tal forma que los caminos de los supuestos refugiados se cruzaban con los de los visitantes de la exposición. La diferenciación entre pasado, presente y futuro era tan caduca como los que lo vivieron en su momento y la reproducción. En algún momento entre ambos puntos, se cruza la historia.

Los tres trabajos con los que Markus Döhne se presentó a la TRIENAL GRÁFICA DE FRECHEN también son una propuesta de localización por parte del autor. Nos llevan definitivamente a entender como una técnica gráfica tradicional, la serigrafía, se une a convenciones tradicionales con formas explosivas al igual que otros retos estéticos de una innovación siempre en desarrollo. La línea de conexión a seguir es una cobertura similar entre la forma y el contenido. Sin embargo, Döhne es muy gráfico. Y como tal, muy versado técnicamente como para no plantear nuevos retos respecto al medio. El temperamento experimental choca con límites para expandirse y para finalmente demostrar que solamente esto garantiza la libertad de la obra gráfica.
Traducción del alemán al español: José Antonio Gayarre



de:
Catalogo
13. Internationale
Grafik-Triennale Frechen,
Frechen 2002