Amine Haase
Objetos encontrados para la memoria colectiva
Sólo espectralmente se reconocen como personas; no son sombras, sino figuras que brillan como desde dentro; no son fenómenos resplandecientes, sino más bien partes insignificantes de la naturaleza; amenazadoras, amenazadas como en el resplandor tras la explosión de la bomba atómica. Transfronterizos, signos enigmáticos de un futuro de migraciones universales, que quedan marcados imborrables en los ojos y en el cerebro. Estas personas, que aparecen en sus Green Screens, Refugee Series., fueron fotografiadas en las fronteras entre países ricos y pobres: Markus Döhne las presenta como signos de advertencia, como apelaciones a respetar la dignidad humana. Las fotos carecen de toda expresión patética; ya su origen es de una inmediatez desconcertantemente serena.
El material original proviene de archivos, como siempre en el caso de Döhne. Se trata de tomas térmicas de los guardias fronterizos, como se realizan regularmente en el bosque de Bohemia o en la frontera entre Guatemala y Méjico. Döhne transforma las no-imágenes en imágenes. Selecciona detalles, los amplía, de manera que en esa Blow-up, a menudo la realidad no se puede reconocer a primera vista. El artista cuenta con la capacidad de asociación del espectador; sus cuadros presuponen no solamente una atención para los detalles ópticos, sino igualmente conocimientos de historia y política. Pues lo que caracteriza el trabajo de Markus Döhne es que el experimento formal y la belleza de los resultados no ocultan el engagement que hay detrás y que uno quisiera denominar humanitario. En las Green Screens, Refugee Series. la relación con los objetos fotográficos encontrados es sorprendentemente directa. La gasa, que reviste el delgado marco de metal, está recubierta e iluminada con una emulsión fotográfica; de esta manera el tamiz de impresión se convierte casi en un cuadro.
La obra Arbeitsspeicher [memoria de trabajo] muestra lo complejo que puede ser también encontrar imágenes. A primera vista parecen arquitectura; sólo poco a poco se reconocen cajones, cerrados y entreabiertos, dispuestos unos junto a otros en una serie infinita. Es el archivador de Peter Weiss, cuya obra Ästhetik des Widerstands [Estética de la resistencia] acompañó desde el comienzo el trabajo de Döhne. La fotografía que muestra a Weiss ante su archivador se reduce a los ficheros; Döhne copió varias veces las tomas de los detalles, las deconstruyó y las volvió a unir en diversas variaciones. De esta manera surge su propio archivador, como una mirada al estudio del artista. Y así queda claro lo que Markus Döhne piensa, cuando dice: «Lo que me interesa es mostrar de qué manera la fotografía crea algo así como una memoria visual colectiva.»
La equiparación de la fotografía a las formas clásicas del arte como la pintura y la escultura, así como el dibujo y la gráfica, sólo es evidente desde hace poco tiempo. Markus Döhne ha hecho importantes contribuciones artísticas al respecto. Y se inclina ante los pioneros: con la obra Vitrinas honra a John Heartfield, quien contribuyó a que los nuevos medios recibieran su consagración artística, en la exposición de la Werkbund Film und Foto en Stuttgart (1929). En ese sentido Döhne es siempre contemporáneo: con sus negativos multicopiados y su ensamblaje consigue que, en Vitrinas, las obras tempranas parezcan precursoras del Pop-Art.
Traducción del alemán al español: Josep Monter Perez
de:
Kölner Skizzen 3/05,
Colonia 2005